MUSICO CONSAGRADO
Su primera canción Naila pronto se difundió en la región, las renombradas marimbas y orquestas la tocaron, llegaron a afirmarla como la canción de la época, a él acudieron muchos directores de orquesta para comprar piezas y ofrecerle que los dirigiera, pero de Santo Domingo Petapa, pueblo que él quería nunca quiso separarse.

Ante la insistencia de sus amigos, emprendió varias giras por diferentes pueblos, y puede decirse que no hubo pueblo por más pequeño que fuere, que no visitara. Siempre llegaba de incógnito, vestía con sencillez, y cuando alguien lo descubría, él siempre respondía que no era Jesús Rasgado. Al poco tiempo entraba entre los músicos de la banda y tocaba las bellas canciones, como él sabía hacerlo; al momento se ponía en pie y lo aplaudían con delirio, formaban a su alrededor una muchedumbre ansiosa de conocer al hombre que era para el Istmo algo grande por su música. Le estimaban mucho y le ofrecían terminada la fiesta, descansar en la casa de algún amigo, él siempre rehusaba, y sin que se dieran cuenta se ausentaba, para ir a otro pueblo, siempre solo, sin instrumento, no le importaban las caminatas ni las inclemencias del tiempo, así recorría los pueblos sucesivamente.

Pero siempre regresaba a Santo Domingo Petapa, es que aquí había dos seres que le atraían, su madre y la mujer de sus sueños.

Sus giras no solo las realizó en las ciudades y pueblecillos, sino que se interno en las cumbres de las montañas, allí donde vive el indio que por herencia es artista, donde durante quince años formó y dirigió las bandas de música de la región mixe: Totontepec, Juquila, Yalalag, Malacatepec, Zacatepec, Izcuintepec, Tutla, Santa Catarina, Mazatlán, Camotlán y Cacalotepec.

Esta banda que él enseño, en el año de 1938 en la feria indígena del estado, ocupó el primer lugar. El ciudadano gobernador constitucional del estado, general Vicente González Fernández, lo felicitó y le dijo que quería para sí por su gran labor, él siempre humilde, como Bartolomé de las Casas, respondió: "Mejor vida para los indios del Zempoaltepec, destrucción del caciquismo en aquella región, más escuelas y maestros."

Era humilde, no quería para él nada, solamente quería para los indios, a los hermanos a quien él quiso levantar en alto, para que vieran el horizonte, incorporarse a la cultura y contribuir con su arte a aumentar el folklor mexicano.

Los mixes, aquella raza indómita que nunca se sometieron a los conquistadores, lo querían y lo consideraban como su guía y su protector; Jesús Rasgado cumplía con sus hermanos y no hubo un momento que no saliera a la defensa del indio y, en fin, de la clase humilde.

Al que esto escribe le dijo un día: "Profesor, usted que me conoce y sabe de mi trabajo, lo que he hecho en la región mixe, no habrá otro que lo haga." Tal parece que lo veo con aquella frente despejada, los ojos vivaces, referirse de su trabajo y de sus amigos los mixes, a quienes quiso hasta los últimos momentos de su vida.

El licenciado Juan Solorza, paisano suyo, en un artículo de la prensa lo declaró "misionero de las cumbres del Zempoaltepec y del Suchiate", refiriendose  a la gran obra que realizó entre los mixes, entre los zapotecas y entre los pueblos del estado de Chiapas.

Se ausentaba de Santo Domingo Petapa durante dos o tres meses pero regresaba, para ver a su madre, a sus hermanas y amigos; era una alegría contarlo entre ellos; un día, los miembros de la banda de música del lugar, lo invitaron para que bajo su dirección dieran una audición en la población de Guevea de Humboldt, vecina población de Santo Domingo Petapa, enclavada entre la sierra, entre árboles y bosques, donde con motivo de la fiesta titular del lugar concurría una caravana de muchachas, él rehusaba y ante su negativa rotunda, consiguieron que la mujer que quería lo convenciera. Para ir juntos a aquella fiesta. Ante la súplica de aquella mujer, accedió nuestro compositor, y el día señalado, salieron para aquella población. Iba un poco cansado por el calor sofocante, en el primer arroyuelo del camino se dio un baño, al mismo tiempo que su hermano Armando mataba una paloma, la novia hizo con este animalito una comida que almorzó. Este fue el momento decisivo en que él vio la bondad de aquella mujer a quien el destino le tenía reservada.

Al regreso de aquella población, Jesús Rasgado contrajo matrimonio con aquella mujer, Elodia Sosa Celaya, hija de una familia honorable de la población de Santo Domingo Petapa.

Su matrimonio fue un acontecimiento social, a el concurrieron muchas marimbas y bandas de la región, principalmente indígenas del Zempoaltepec.

Nuevamente regreso al distrito mixe, pero esta vez acompañado de la mujer amada.

Por enfermedad de su señora madre requerían su presencia, lo que motivó a su hermano Armando lo fuera a traer; así bajó de las cumbres y siguiendo por los bosques y valles llegó la oscuridad, siguieron caminando los dos hermanos, el cielo despejado, miles de estrellas brillaban en el firmamento, la luna brillaba en su plenitud. En aquellas cumbres y en horas avanzadas de la noche se sentó bajo un árbol y sacando de su bolsillo un pedazo de papel, viendo las estrellas, escribió la letra y música de su canción éxito "La misma noche", que pronto se dio a conocer en la región, llegando a competir en un concurso raiofonico por una de las estaciones de la capital de la República, ocupando dicha canción el septimo lugar. No fue firmada por nuestro compositor, sino como autor anónimo, saliendo en primer lugar en aquella ocasión la canción ""Palabras de mujer" del gran compositor Agustín Lara. Así paso a los cancioneros y se difundió por todo el país, muchas personas encontrandose ante una marimba piden la ejecución de la canción "La misma noche".

Estando de moda esta canción dirigió una marimba en la población de Santo Domingo Petapa, quien lo bautizó con el nombre de conjunto musical "La misma noche". Actualmente lo dirige su hermano Armando Rasgado, de igual manera músico excelente.

Así surgieron otras canciones, siempre llenas de emoción, ternura, alegría y dolor; en cada una de ellas imprimió un gran sentido de tristeza, en donde se nota que no canta por simple cantar, sino nacidas del fondo del corazón, ¡música sentimental que conmueve todo el ser! Sus canciones cumbres fueron un total de treinta y seis, además muchas fúnebres y misas cantadas a Santo Domingo de Guzmán y a San Juan Degollado. Aquí solamente se encuentran las principales: "Naila", "La misma noche", "Somos tres", "Cruel destino", "La vida es un momento", "Punto final", "Vida y amor", "Penúltimo beso", "Vuelve otra vez", "Altivez", "Emperatriz", "Renunciación", "Benita López Chente", "María Cristina", "Tehuanita".

Una semana antes de su muerte compuso la canción "Cruel destino", fue a cantarla a su esposa, tal parecía que nuestro gran compositor presentía que la muerte se le acercaba, así en aquella canción le anunciaba su despedida. Y comienza así:


Muy buenas noches querida,
Vengo a cantarte mi vida.
No tengas penas de oír
Lo que voy a decir
En esta despedida.
Me duele el alma ausentarme de ti,
Me duele el alama dejarte sufrir,
Pero el destino inhumano
Me anuncia temprano que debo de partir.
Mi pobre corazón enfermo de dolor
Me anuncia con apacible,
Me dice por favor
Le digas a tu amor, que todo se acabó,
Que todo es imposible.
Me duele el alma ausentarme de ti,
Me duele el alma dejarte sufrir,
Pero el destino inhumano me anuncia
Temprano que debo de partir.

Algunas de estas canciones ya se encuentran grabadas por el Trío Montealbán de los hermanos Ordaz, que actualmente ocupan un lugar prominente.

De la parte norte del Istmo llegaron muchos elementos y llevaron a nuestro compositor por el estado de Veracruz y por el Distrito de Tuxtepec, donde enseñó a varias marimbas y orquestas; en este distrito es una hacienda, que se ignora su nombre, estrenó muchas canciones, unas conocidas y otras que se ignoran, entre éstas "Sinfonía oaxaqueña", inspirada en el árbol del tule, que lo describe así: "El corazón de Oaxaca es el centro del árbol, sus ramas las distintas regiones que la forman; en cada ramas pájaros que cantan y hablan el lenguaje de sus antepasados: los mixtecos, los zapotecos, los mixes, los zoques, los chontales, los chatinos, los triquis, los chocholtecas, los popolacos. De las glorias de Mitla, Montealbán y Guiengola, las maravilas de las cumbres y de las costas, acompañados de otros miles y miles de pajaritos del espacio, todos pidiendo al Creador, la abundancia de los campos y el triunfo de sus razas."

En el año de 1946 en sus frecuentes visitas al pueblo Ixtaltepec, en la fiesta pueblerina, descubrió un trío de jóvenes, que cantaban al público sus canciones favoritas, humildemente vestidos, que ejecutaban la guitarra con habilidad; descubrió en ellos aptitudes musicales, los ayudó. Así emprendieron giiras en todas las ferias de la región, poco a poco bajo su direcciión se perfeccionaron tanto en la voz como en la parte instrumental.

Durante mucho tiempo cantaron sus canciones, así los llevó a la ciudad de México y con ayuda de algunos amigos de la región actuaron en teatros. Al poco tiempo nuestro compositor se enferma y se interna en un hospital y donde se recupera; siguieron actuando hasta que el licenciado Manuel R. Palacios, gerente de los Ferrocarriles Nacionales les extendió pasajes para efectuar una gira en la República. Regresaron al pueblo de Santo Domingo Petapa una semana justamente antes de su muerte, en la plaza pública del lugar cantaron, el pueblo entero aplaudió al director y al trío.

Para continuar el camino para el pueblo de Ixtaltepec, pasaron por la ciudad de Matías Romero, sus amigos le invitaron a permanecer en el lugar, para enseñar y tocar con las marimbas, lo llevaron al pueblo de Mogoñé, donde le hicieron un homenaje, al día siguiente se traslado por invitación de alguno de sus amigos al pueblo de San Juan Guidxicobi, al casamiento de uno de los componentes de la banda de música de aquel lugar, donde le sorprendió la muerte.
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